EVALUACIÓN DE PAR MATEO GUTIERREZ
Tuve la oportunidad de conocer a Santiago en el año 2019, cuando compartimos clases de Técnica Básica de Circo y Ensamble de Circo. Desde entonces, he podido observar tanto su crecimiento personal como su evolución en el ámbito escénico, lo cual me ha impresionado notablemente. Santiago ha sido siempre una persona con un gran manejo del lenguaje corporal, lo que le ha permitido destacarse, no solo en la acrobacia, sino también en la expresividad gestual dentro del escenario.
En las clases de Técnica Básica de Circo, recordamos con claridad cómo, al principio, trabajábamos ejercicios de calentamiento y posturas fundamentales. Sin embargo, a medida que avanzamos hacia la acrobacia de piso y el mini tramp, el trabajo se volvió más desafiante. Fue en esos momentos cuando realmente pude ver la destreza de Santiago y cómo su capacidad para integrar el cuerpo con el trabajo técnico parecía natural y fluida. Su habilidad para realizar acrobacias y su dominio de la gestualidad fueron siempre una constante, lo que le permitió sobresalir en los ensambles posteriores.
Tuve el privilegio de ver su trabajo en diferentes ensambles de circo, teatro de texto y teatro gestual. En el ensamble de circo, pude observar un notable progreso en su técnica y en su enfoque hacia el trabajo colaborativo. Santiago tiene esa capacidad de ser una inspiración para quienes lo rodean. Siempre está impulsando a los demás a dar lo mejor de sí mismos y a explorar más allá de lo que parece alcanzable. Para él, no basta con dominar un truco o una figura, sino que se trata de llevar ese trabajo aún más lejos, explorando nuevas posibilidades y desafiando sus propios límites.
Además, en su incursión en el teatro con Jorge Hugo Marín, me sorprendió gratamente. No solo es un gran ejecutante en el ámbito físico, sino que también logró encontrar una conexión profunda con el lenguaje verbal y textual. Fue muy interesante ver cómo, a pesar de su origen más físico, Santiago logró integrar el texto de manera orgánica con su trabajo corporal. No se desliga completamente del trabajo gestual, pero encontró un equilibrio excelente entre el cuerpo y la palabra, lo cual es una habilidad destacable y difícil de lograr.
En sus presentaciones de teatro gestual, pude apreciar una vez más su destreza. Como deportista y bailarín, Santiago tiene una gran base de información corporal que le ha permitido enriquecer su trabajo escénico. En cada una de sus intervenciones, su cuerpo no solo es virtuoso, sino que se muestra preciso, ajustado a la partitura de la acción, siempre en función de la narración. Esto le ha permitido desarrollar un trabajo gestual impecable y de gran impacto.
Puedo decir con certeza que Santiago llegó a la carrera con una base sólida en lo corporal, lo que le permitió profundizar y explorar nuevas formas de expresión escénica. A lo largo de los años, ha sabido adaptar y expandir esa información previa, incorporando nuevas herramientas y formas de movimiento, lo que ha enriquecido su proceso artístico. Su capacidad para fusionar diferentes lenguajes y explorar nuevas posibilidades escénicas es, sin duda, uno de sus grandes logros.
En resumen, Santiago es un artista con una gran sensibilidad corporal y escénica, que ha sabido integrar sus habilidades físicas con su crecimiento artístico de manera excepcional. Su capacidad para explorar y desafiarse constantemente en su trabajo es un ejemplo para sus compañeros y, sin lugar a dudas, continuará desarrollándose en el futuro como un profesional destacado en cualquier disciplina escénica en la que decida continuar su camino.